jueves, 29 de julio de 2010

Mi alma enamorada, mi mente acongojada.

La vida relativamente me a tratado bastante bien, no puedo renegar contra ella. Soy afortunado, pues tengo una familia hermosa, tengo unos exelentes amigos, tengo pan y abrigo cada día y además muchas comodidades.
Dentro, tampoco estoy mal, o tampoco lo e estado al menos a lo largo de mis largos días. Tengo un buen control de las emociones, y se animarme para emprender todo tipo de viajes, con una imaginación espacial puedo ver donde otros no ven.
Se que no existe nada más importante que el lugar donde nos encontramos, que es el AQUI y AHORA.

El sufrimiento está en la mente sabes
y no tenemos culpa de padecerlo
pues al haber creado un sistema de lenguaje y creencias
fuimos nosotros mismos los que nos autodestinamos a sufrir al pensamiento.

La naturaleza nos dice otra cosa, nos dice que seamos libres y que vivamos ahora, no mañana, ni según lo que fué en el ayer. Mientras que la estructura social es una mochila contradictoria que debemos cargar en las espaldas para poder convivir, no hay otra manera.

Hoy tengo un dolor que es probocado justamente por una contradicción.
Una contradicción entre la mente y el alma.

Mi alma quiere estár contigo, esa es la naturaleza que hierve desde dentro, queriendo salir a la superficie, tomar poseción de mi y llevarme donde estás tu. Si pudiera dejaría mi cuerpo atrás y te iría a buscar y nada más importaría más que el estar juntos.

Mi mente por el contrario pienza que eres una estúpida sin sentido, que has destruido y vienes destruyendo lo que estabamos creando.
Que pusiste una roca sobre mi alma y mi corazón, y sin compasión lo has destruido y luego abandonado para que se pudra.

Mi mente no se siente muy bien pues sufre por una traición, por que me has mentido. Pero mi alma y mi espíritu no pueden sufrir, solo amar. Y e ahí lo que me está dando la sensación tan triste y me está matando.

Una lagrima no es nada
tampoco un grito
pues si
e gritado dentro de mi
hacia el universo
y tal vez me han escuchado todos los angeles del cosmos

quiero estar contigo bella mujer
mi alma no puede olvidarse de ti

tal vez mi mente poco a poco se apiade de mi alma y aprenda a sufrir por siempre con tal de no apagar el infinito amor que nace de ella.

nada tiene sentido

es absurdo

pobres criaturas del universo, todos avanzando y avanzando sin sentido alguno
me compadesco por todos nosotros

es todo esto una invecibilidad

sin sentido nada tiene sentido

siii
es hermoso maravilloso
las flores
el canto
las olas
las nubes

pero por que están aquí durante años y años y años y vienen a vivir y a morir baa
que hago yo escribiendo
es una tontera
no hay nada más que hacer
nada más
nada más
:(

jueves, 15 de julio de 2010

Lejos de aquí.
















El sueño inspirador.

Al salir de la cabaña, la costa allá, muy lejos, sonaba como el hervor infinito de las aguas. El chasquido del viento en los oídos, el movimiento de las hojas, las malezas que emergen de la tierra, allí abajo, y que hacían que las pisadas fuesen como amables almohadas crujientes. Más allá al comenzar la arena un riachuelo de agua caliente donde el brillo del sol parecía enternecerse. Esas paredes de agua dulce, cristalina, en rocas tan suaves que simulaban verdaderos refalines que nunca acababan por su majestuosidad, el aire más puro y la armonía más perfecta, los troncos más firmes, las aves más coloridas danzando en las corrientes de aire caliente para acender cada vez más, hacia el cielo donde al llegar se confundían con más y más colores perdiéndose todas ellas entre los rallos del sol de la mañana, un hermoso amanecer.


Al abrir los ojos supe que todo era un sueño, busqué un lápiz y lo anoté. Supe que no era conveniente olvidar ese tipo de sueños, ni tampoco los buenos recuerdos.

– Hola hermano, como a estado todo, ¡tanto tiempo! – Decía yo con un buen saludo fuerte, a mi amigo Arturo.
– ¡Hola hermano!, muy bien pues, muy bien.
– ¿Hermosos los días no?
– Si, ¡siempre! – Arturo tenía una presencia muy agradable y daba mucho gusto estar con él. Estudiaba ingeniería en prevención de riesgos pero tenía un sentido de aventura más grande que cualquiera, auque siempre tomando todas las medidas necesarias en caso de algún accidente.
– Te tengo una propuesta, dije tratando de guardar seriedad.
– Que propuesta haber, lo escucho – Arturo solía conectar, por lo que de inmediato tomó esa misma actitud de complicidad.
– Está bien, pero siéntate primero, por que esta noticia te va a impactar – Ya, decía Arturo alargando la vocal como con tono de incredulidad.
– He tenido un sueño y pienso que debemos emprender un viaje este verano.
– ¿Y donde? – Aun no lo sé.
– ¿Cómo que no lo sabes? – rió alegremente – ¿entonces?
– Tal vez solo debemos partir y tomar un bus a algún lugar.

Como si la mente dijera algo pero la luz que hay más allá en el interior dijera otra cosa. Siempre había tenido esa sensación de que en algún lugar más allá existía algo extraordinario. Después de mucho tiempo de meditación llegué a la conclusión de que todo lo que buscamos no está más que en lo más profundo de nuestro ser, en nuestro interior, y no fuera. Esto no impedía que quisiéramos salir a recorrer nuevos lugares, al contrario, nuestra creatividad se mantenía más fuerte que nunca y con esta la voluntad de hacer más y más cosas.
Primero dejé que el tiempo fluyera, puesto que algo que ocurre, es que mientras más esperamos más demora en llegar, así que con esta idea seguí con mis cosas de la universidad, y esperé que las cosas se dieran.
Finalmente llegó el verano, el sol salía a saludar cada día, y así también las familias con sus niños, las chicas en bikini, y todo ese ambiente de la playa tan agradable. Al terminar los estudios tenía que volver a Iquique donde vivían mis padres, pero ese verano decidí primero organizar este viaje que tanto había pensado. Sabía que mis amigos me acompañarían, o por lo menos lo pensarían. Pero primero debía saber donde ir.


Reuniendo al grupo

Al llegar a Los Andes, la cuidad del valle cordillerano donde me crié y donde nos conocimos, fui donde Javier y le planteé mi inquietud a lo que me apoyó con todas sus energías y juntos decidimos averiguar cual sería el destino esta vez. Así que esa misma tarde caminamos a la casa de la Fernanda Vásquez y su hermano Pedro.

– ¿No es muy loca la idea de ustedes? – Dijo mi amiga.
– Como loca, no seas loca, ¡si no sabemos donde iremos aun!
– ¡Por eso es loca la idea!, o más bien ¡están ustedes locos! – La Fernanda tenía una forma de ser muy simpática. Era distinta a todas las otras niñas, pues tenía también un sentido de aventura, de experimentar cosas nuevas, y no se limitaba a simplemente salir a una fiesta, o vivir la vida diaria que toda la gente vive. Al igual que todos nosotros buscaba más allá de lo visible. Era la única niña que en el colegio se animaba para acompañarnos al campo. Íbamos al tranque de mi abuela en bicicleta y allí nos tomábamos algún trago y nos reíamos más que nunca. Seguros de que aquello era mucho mejor que cualquier fiesta o carrete.
– Creo que debemos ir en busca de Arturo y de Gabriel, así estaremos todos, y llegaremos a un acuerdo concreto.
– ¡Bueno vamos! – Mientras caminábamos Javier y yo íbamos cantando y haciendo sonidos con la boca, como acostumbrábamos, cuando de pronto escuchamos la voz de la Fer.
– ¡Paren! – ¿Qué pasó? Dijimos al unísono, sorprendidos. Delante de nosotros había un bus que tenía una gran pancarta en el costado, la cual tenía un mapa
– Tal vez ese es nuestro destino, dijo la Fer sobresaltada, y a la vez con su alegría tan característica.
– ¿Pero donde?, si el mapa indica todas partes.
– No lo se, elije uno ahora.
– Yo creo que debemos ir al sur, aquí a los volcanes, dijo Javier.
– Mmm no lo se, respondí.

En ese entonces traté de acercarme y poner un dedo en el mapa, al azar, cuando el bus arrancó y nos dejó ahí en el mismo lugar, y sin ninguna conclusión, pero si una alternativa, que era la de ir al sur, a los volcanes.
Esa idea de Javier nos pareció a todos muy interesante así que comenzamos con los preparativos, y quedamos en que partiríamos el día lunes en la mañana.

Me pasé todo el fin de semana pensando si era el lugar correcto. Era una sensación que nunca había experimentado, nunca me había pasado y creo que a ninguno de nosotros, pues los lugares donde íbamos siempre estaban elegidos de antes, y nunca cabía la posibilidad de que fuera otro, simplemente era y listo. Pero ahora algo me hacía dudar. Quería sacarme eso de la mente, y solo dejarme llevar, como siempre lo hacía.



Al comenzar el viaje

Al comenzar el viaje una paz inmensa comenzó a invadir todo mi ser, un amor por aprender, por llegar más allá de lo explorado, un aprecio por todo lo que me sucedía en ese momento presente, por la vida en general. Era estar allí con mis amigos en otro viaje hacia algún lugar desconocido. Nos esperaban muchas aventuras y quería grabar cada detalle en mi memoria.
Como era de esperar Javier llevó su guitarra, y yo llevaba conmigo la melódica, la cual había comprado hace muy poco en Iquique y aun estaba aprendiendo a usarla, aunque ya le estaba agarrando el ritmo y que por ser un piano, las notas eran fáciles de lograr. Estaba muy contento con aquella melódica, me gustaba el efecto de poder disminuir y aumentar la intensidad dependiendo de la fuerza que aplicara en soplar. A veces sentía incluso que podía cantar con ella, cuando me inspiraba de verdad.

Después de un momento andando (en el bus), me inundó un temor repentino a lo que pregunté.
– ¿No se nos ha quedado nada? – A lo que todos se miraron y respondieron en coro separando en dos la vocal.
– ¡No!
– Aquí traje un turistel, donde podemos marcara la ruta, dijo Arturo – Aquel libro típico que venden a los turistas o viajeros.
– Eso Arturo, siempre preparado, agregó mi amiga fer, riéndose en el estómago – todos reímos.

Íbamos todos sentados atrás tocando música, y cantando, tal vez armando un alboroto, pero siempre música conciente para alegrar a todos (según nosotros).

Decidimos viajar por la costa y tomar rutas no tan transitadas. Intentamos también hacer dedo y ver si algún camionero o camioneta, furgón lo que fuese nos paraba para así viajar algunos kilómetros gratis y tal vez vivir una experiencia, pero parecía ser que nadie tenía la intensión de parar. No eran tiempos donde la gente fuera espontánea, o tuviera la intensión de ayudar. Sino al contrario, eran tiempos donde todo individuo vivía según sus propias limitaciones, velando cada uno por su propia vida. Y era compresible que se mantuvieran en ese estado tan llano de evolución, pues era un ciclo vicioso. Bastaba que uno se vistiera distinto, pareciera seguro de si mismo y presentara una teoría de estabilidad económica o espiritual y todos lo imitaban. No muchos se atrevían a buscar en su interior y aunque a nosotros nos gustaba la idea de cambiar esto y el mundo, sabíamos que todo va a su ritmo y tiene su proceso, que por más que intentes todo el día de estirar una lechuga, esta no cederá. No obstante la idea de abonar la tierra, y llenarla de minerales nunca dejó de existir.


– Ya que nadie se detiene tendremos que tomar un bus, eso si, tal vez, se acabe el dinero para la vuelta – dijo Javier. A lo que le respondí entusiasmado.
– Tocamos guitarra y cantamos, y así pedimos monedas a la gente, si es que nos llegáramos a quedar varados.
– Yo hago las segundas voces y me pongo a bailar – Dijo Gabriel mientras reía contento – Gabriel se destacaba por su disposición a emprender acciones de todo tipo, pero más que ninguna las de tipo aventureras, y junto con su don de la personalidad podía hacer funcionar mil y una ideas. Era siempre un contador innato de historias y anécdotas, yo me entretenía bastante con él y todos disfrutábamos de su personalidad, más cuando se enojaba.
De pronto Arturo con gran sabiduría y siempre con sus cosas claras dijo.
– No creo, yo tengo todo calculado, guardaré la plata para la vuelta en un lugar, y la otra en otro lugar, así tendré asegurado mi retorno, ¿o no rochi? – (así me decían) – ¿Qué dices tú? – Ya todos sabían por que siempre Arturo pedía mi opinión, pues yo era el único que lo apoyaba en sus cosas de seguridad.
– Pero Arturo, ¡tenemos que vivir el presente!, no vaya a ser que te quieras devolver antes que nosotros, dijo Javier.

Nos pareció muy gracioso a todos, ya que siempre pasaba lo mismo. Arturo de pronto, sin previo aviso, en el momento menos esperado decía adiós, y se iba.

Ya no discutíamos mucho con esas repentinas decisiones, que aunque nos descolocaban bastante, no quedaba más que aceptar su decisión. Agotábamos los recursos tratando de convencerlo, pero su decisión estaba escrita en su corazón, y frente a eso nada podíamos hacer. Actitud de Arturo que yo rescataba, pues hacía lo que era correcto para él y no se dejaba influenciar por los demás.


Cambio de planes

Al atardecer tuvimos que buscar un lugar donde armar las carpas, debía ser un camping, pero este no fue el caso. Tuvimos que encontrar algún terreno baldío que estuviera al costado de la carretera, y esperar que no se aparecieran guardias o perros. Así que esa noche tratamos de no hacer mucho ruido, cosa que fue bastante difícil considerando que andábamos con los instrumentos.
Javier había traído hierba y seguro Arturo con Gabriel también tenían alguna sorpresa, así que todo fue bastante agradable y más aun por la luz de las estrellas, y el cuarto de luna que se habría paso entre aquellos espinos.
El lugar emanaba una rica fragancia a tierra de hoja, la cual por alguna razón, no estaba tan húmeda, a pesar de que donde nos habíamos instalado, debía de ser sombra la mayor parte del día por la tupidez de los árboles. Más allá de la extensa gama de arbustos, malezas y otras plantas típicas de esa zona, se mostraba imponente la atadura de cerros entrecruzados, y tentador sendero hacía su cima.
– ¿Que les parece que subamos allá? – dijo la fer con ojos brillosos.
– A mi me parece una gran idea repliqué.

Así todos estuvimos de acuerdo y comenzamos a caminar entre las ramas.

Al comenzar nuestro viaje de exploradores tuve la sensación de tener un vacío en el estómago que no era por no haber comido, ni por querer ir al baño o miedo a la oscuridad sino que esto no tenía explicación. Traté de no decir nada y seguir caminando. Además tal vez era mi imaginación y no quería asustar a mis amigos.
Nunca había visto tales colores, era una noche muy distinta. Tal vez yo era el único que lo había notado, no sonaban los típicos grillos que salen a cantar en la noche. Había un silencio misterioso, que no espantaba, pero si causaba una intriga y una atención hacia lo que pudiera suceder.
Nos dejamos seducir por el encanto de esa noche, tan distinta, tan diferente, y a la vez tan hermosa, llena de sabiduría. ¡No sabía que esa noche sería el fin y el principio de una historia a nivel global! ¡El mayor acontecimiento nunca antes vivenciado por la humanidad!

Y en mi cabeza tenía esta voz que luego me enteré había resonado dentro de todos nosotros:











"¿Alguna vez has puesto los pies sobre agua tibia, o corrido por un pastizal de trigo mientras el canto de los pájaros hace bailar el viento?, ¿Alguna vez te tendiste en tu cama después de mucho cansancio y te han abrasado la espalda con tanto amor que olvidas todo ese dolor y solo caes en un abismo de pieles, cordones de seda, plumas, agua cristalina, un sueño calido y placentero, tan tranquilo y lleno de paz?

Ustedes son grandes de espíritu, por tanto de fe y amor. Bienvenidos a su nuevo hogar.
Aquellos que han quedado atrás ya no se encuentran con vida, pero no se preocupen, sus más queridos están aquí con ustedes. Los esperan afuera."










En ese momento quise mirar a mí alrededor y con toda esa luz solo pude ver la silueta de mis amigos, o creí verlas. La luz era tan fuerte y a la vez muy grata. Quería simplemente quedarme ahí. Nada me hacía falta.
– ¿Dónde estoy?, dije con una voz impresionante que pareció vibrar por toda la habitación, si se le podía llamar a eso habitación.
– ¡Amigos! – era la voz de mi amiga Fer, pero distinta, era mucho más hermosa, tan hermosa que sentí ganas de llorar y reír al mismo tiempo – Rochi, Arturo, Javier, Fer – decía la voz de Gabriel de alguna parte – Vengan, vengan, vengan, vengan – no dejaba de gritar.

No creía lo que mis ojos veían, ¡Como en mi sueño! todos éramos luz, y todos teníamos un cuerpo transformado, podíamos ver a través de él. La habitación era de una especie de cabaña de madera de bambú, bastante simple y a la vez tan acogedora.

Al salir de allí estaba Gabriel saltando, y corriendo. Gritaba con todas sus fuerzas. No podíamos creerlo.

Todos se manifestaban de distinta manera, la mayoría estaba en estado de shock y otros parecían muy tranquilos como sabiendo donde estaban parados.
A mi se me vino a la mente el 2012 al igual que Arturo, Javier y la Fernanda. Pues muertos no estábamos así que alguien o algo nos tuvo que haber llevado a otro lugar.
Sin embargo Gabriel pensó que estaba en el cielo, que estaba en el paraíso.

Una energía parecía unir todas esas almas hacia un único gozo.

Era exactamente como mi sueño pero con otras miles de personas viviéndolo. Todos habían llegado al mismo lugar en el mismo instante, excepto por algunos ancianos que tenían el aspecto de ser guías espirituales, y de haber estado en ese lugar desde antes. Quise acercarme a uno de ellos y corroborar lo que veían mis ojos
– ¿Ha ocurrido el rapto? – Yo sabía que hermanos de otros mundos en algún momento nos llevarían a otra parte antes de que algún hecho catastrófico extinguiera nuestra humanidad en la Tierra. ¡Yo algo sabía! La luz de aquel anciano se izo más fuerte, junto con la expresión en su rostro
– Así es hermano, así es.
– Y que a pasado, ¿Cuántos humanos hay aquí, esta es la Tierra? – Pregunté con mis ojos llorosos y con una voz cortada.

El hombre en ese momento me miró. Había gran bondad en su rostro. Me explico que la Tierra había sufrido un fuerte cataclismo provocado por el planeta Nibirus, el cual no alcanzamos a ver debido a que ellos nuestros hermanos actuaron con tiempo y rescataron en sus naves a todas las miles y millones de personas que estaban acordes a los nuevos patrones frecuenciales, o en otras palabras, que comprendieran las bases del amor por vivir y ser parte de un Todo, demostrando así gran fluidez hacia el cambio y empatía para contribuir en esta nueva etapa de la era de la humanidad.

Mi sueño, la conversación con Arturo, el mapa en el bus, nuestra forma de ser siempre improvisando y aceptando lo que venga, y todas esas sensaciones que nos habían impulsado a emprender ese viaje, las circunstancias que nos unieron en esta vida y todo como las energías se organizan, habían sido para prepararnos psicológica, emocional y espiritualmente al cambio, a lo desconocido, a enfrentar nuevas etapas y vivir desde nuestras más profundas inspiraciones.

"El cosmos está conectado y no hay limite de espacio entre esto y lo otro. Todo es instantáneo a través del amor. No hay duda que lo que sentimos tú y yo ahora afecta no solo a las personas que nos rodean sino que a todos los átomos y estructuras materiales o espirituales.

Una consciencia universal rige las leyes del cosmos macro y micro. Todo avanza en armonía hacia horizontes originales y la evolución en el universo, no es más que el buen orden mágico, la armonía y el impuso de querer ayudar a otros.
Si hay otras civilizaciones más avanzadas en otros lugares, sabrán que la energía de cohesión más grande es la del Amor, y que evolución significa armonía, naturaleza, felicidad, gratitud, cambio.

¡Todo es mucho más grande de lo que creemos! solo hay que calmar la mente de lo que no es interesante, expandir nuestros sentidos, hacer latir el corazón, y aventurarnos a lo desconocido.

















¡NO OLVIDES QUE LOS SUEÑOS SI SON POSIBLES!





































Dedicado a mis mejores amigos
Por que me han entregado muchos
De los mejores momentos de la vida entera
Con ustedes puedo compartir mis sueños…

Cuando se crean lazos fuertes tan fuertes
Que ni el tiempo ni el espacio hacen posible su destrucción
Todos damos gracias y gozamos de felicidad

No dejen de ser ustedes mismos
Los quiero.

























Autor: Rodrigo Pino Campos

martes, 6 de julio de 2010

Solo Aclarar aclarar aclarar, avanzar avanzar avanzar

Paso por una etapa muy linda y siempre diferente.
Voy en este camino que es la vida, buscando por aquí, buscando por allá.
Y a veces sin buscar más nada, avanzo no a duras penas. Más bien con el pecho fuera, los sapatos bien puestos y los ojos lubricados.
Separado justo un poco con tal de no quedar aislado de la errante sociedad y tampoco de la misteriosa y silenciosa espiritualidad.

Soy un hombre que no conoce fronteras y busca a tyravés del conocimiebnto unir y transformar energías y redes de información con tal de sentirme util, grato y satisfecho.

Soy un hombre que sabe que cualquier indicio de máximo individualismo lo puede alejar a los negros rincones de la existencia.

Paso a paso, no hay delito si se avanbza con amor, y con honradez.

Trabajando en mi fuera de la Babilonia, mas cerca de las energías que son cosmicas y me aclaro tal como el agua en un Yo SOy en cada lugar y teimpo por que asi soy TOdo y la nada, en una manifestación infinita desde la fuente que soy yo mismo y alcanzo a vislumbrar a través solo y unicamente por estos sentidos de esta parte de mi que es este individuo llamado ROdrigo Pino