Mira, siente, percibe, vive la sensación más profunda de vivir. Cada instante dentro de tu ser, es luz hacia nuevos confines. Despierta tus dedos, tus piernas, tus brazos, y haslos luz. Envío amor a todas las criaturas de mi reino, para que puedan ser extremadamente felices. No hay duda. Todo es amor, y somos cohabitantes en la sustancia invisible, que es la fuente más elevada. Y está cayendo aquí sobre todos nosotros, tal y como lo dijo el mecías. La luz quien en cuerpo fue llamado Jesús, se está manifestando dentro de cada uno de nosotros. Y por eso damos gracias. Nuestro padre nos llama a ser servidores pues no podemos ser otra cosa. Nos llama a crecer junto con él, y sentirnos parte.
Vamos a amar, desde hoy, cada espacio, cada proceder, las nubes en el cielo azul, el color, los hermosos olores, y el caminar entre el asfalto, la naturaleza de las cosas, las hojas al viento, el amor infinito, por la negrura de las sombras, el cambio... misterioso cambio, misterioso destino.
Vamos en nuestro centro, a encontrar la pureza, una luz que forma parte de el TODO, en lo profundo del ser. Una luz que abastece el principio de todas las cosas, que nos ama, nos enseña, nos cuida, nos fortalece, y simplifica todo aquello que parece tan complejo, reduciéndolo al simple y perfecto AMOR.
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