viernes, 12 de junio de 2009

Letras

Las letras, los sonidos, el sentir, el dudar, el amar, y nada más hace que tenga esta sensación tan extraña dentro de mi, me carcome, me inunda, me deja perplejo y en un constante apretón del cuerpo entero. Maldito es el cuerpo. Bien aventurado el espíritu.
Ya desearía ser un ave, o hasta una hormiga, la cual su única responsabilidad es existir.

Una constante lucha contra la lujuria, avaricia, la pereza, la gula, la soberbia, la envidia, todos estos demonios insolentes, que hacen que el miedo abunde, nos confunda, y actuemos de forma tan ridícula.

Malditos son los deseos de la carne.


Ya basta

dejaré que la gracia me guíe

gracias a Dios podemos estar tranquilos

entonces ya no queda más cuestionamiento

ni apretones de cuerpo o nada por el estilo

Pero que difícil se torna a veces, es la gracia entre tanta perturbación.



"La luz iba caminando gratamente, iluminando toda oscuridad que se quería hacer presente, la transformaba, entonces de un golpe todo era parte de la luz, y así emanaba la música, el arte y todas las maravillas inimaginables.
Sin embargo por alguna razón esta luz no era constante, sino intermitente, y através de ella pasaban rápidamente sujetos que se hacían llamar pensamientos. Estos sujetos no hacían nada más que ocupar el espacio que a la luz le faltaba de llenar. Ahora bien la luz sabía que el propósito era ser constante, sin embargo también sabía que esto no sería posible sino hasta el día en que los sujetos no existieran".
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Pasa que no sabemos nada
mas toda la información está aquí, en todas partes, dentro y fuera de nosotros, desde siempre, y hasta toda la eternidad.

Ansía mi espíritu de luz deshacerse de todos estos sujetos, escuchar esa sabiduría que no proviene de mi, sino de Dios que es todas las cosas.

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